domingo, 28 de noviembre de 2010

ILLIA EN PIJAMAS

Argentina despierta..!!!


                                                                       Serie: ¿Por qué será que siempre nos va mal?


Arturo Humberto Illia, (1900-1983) Presidente argentino entre el 12 de octubre de 1963 y el 28 de junio de 1966,
en que fuera derrocado por un golpe militar

Que nos pasa a los argentinos que nos encandilaron siempre  los líderes populistas con  pies de cartón y llenos de inconfesables ambiciones. Despreciamos lo valioso y nos quedamos con la escoria. Parece ser cierto el conocido axioma que nos dice: Los pueblos tienen los gobiernos que se merecen...  

Illia en pijamas

Por Alfredo Leuco (Columna radial 15/11/10)
Illia cundo asumió la Presidencia
    El sábado, en su glorioso recital, Jairo contó una vivencia estremecedora de su Cruz del Eje natal. Una madrugada su hermanita no paraba de temblar mientras se iba poniendo morada. Sus padres estaban desesperados. No sabían que hacer. Temían que se les muriera y fueron a golpear la puerta de la casa del médico del pueblo.   




El doctor Arturo Illia se puso un sobretodo sobre el pijama, se trepó a su bicicleta y pedaleó hasta la casa de los González. Apenas vio a la nenita dijo: “Hipotermia”. “No sé si mi padre entendió lo que esa palabra rara quería decir”, contó Jairo. La sabiduría del médico ordenó algo muy simple y profundo. Que el padre se sacara la camisa, el abrigo y que con su torso desnudo abrazara fuertemente a la chiquita a la que cubrieron con un par de mantas. “¿No le va a dar un remedio, doctor?”, preguntó ansiosa la madre. Y Arturo Illia le dijo que para esos temblores no había mejor medicamento que el calor del cuerpo de su padre.



    A la hora la chiquita empezó a recuperar los colores. Y a las 5 de la mañana, cuando ya estaba totalmente repuesta, don Arturo se puso otra vez su gastado sobretodo, se subió a la bicicleta y se perdió en la noche. Jairo dijo que lo contó por primera vez en su vida. Tal vez esa sabiduría popular, esa actitud solidaria, esa austeridad franciscana lo marcó para siempre. El teatro se llenó de lágrimas. Los aplausos en la sala denotaron que gran parte de la gente sabía quien había sido ese médico rural que llegó a ser presidente de la Nación. Pero afuera me di cuenta que muchos jóvenes desconocían la dimensión ética de aquél hombre sencillo y patriota. Y les prometí que hoy, en esta columna les iba a contar algo de lo que fue esa leyenda republicana.

    Llegó a la presidencia en 1963, el mismo año en que el mundo se conmovía por el asesinato de John Fitzgerald Kennedy y lloraba la muerte del Papa Bueno, Juan XXIII.

    Tal vez no fue una casualidad. El mismo día que murió Juan XXIII nació Illia como un presidente bueno. Hoy todos los colocan en el altar de los próceres de la democracia.

    Le doy apenas alguna cifras para tomar dimensión de lo que fue su gobierno. El Producto Bruto Interno (PBI) en 1964 creció el 10,3% y en 1965 el 9,1%. “Tasas chinas”, diríamos ahora. En los dos años anteriores, el país no había crecido, había tenido números negativos. Ese año la desocupación era del 6,1%. Asumió con 23 millones de dólares de reservas en el Banco Central y cuando se fue había 363. Parece de otro planeta. Pero quiero ser lo mas riguroso posible con la historia. Argentina tampoco era un paraíso. El gobierno tenía una gran debilidad de origen. Había asumido aquel 12 de octubre de 1963 solamente con el 25,2% de los votos y en elecciones donde el peronismo estuvo proscripto.
    Le doy un dato mas: el voto en blanco rozó el 20% y por lo tanto el radicalismo no tuvo mayoría en el Congreso. Tampoco hay que olvidar el encarnizado plan del lucha que el Lobo Vandor y el sindicalismo peronista le hizo para debilitarlo sin piedad.
El "lobo" Vandor
 Por supuesto que el gobierno también tenía errores como todos los gobiernos. Pero la gran verdad es que Illia fue derrocado por sus aciertos y no por sus errores. Por su historica honradez, por la autonomía frente a los poderosos de adentro y de afuera. Tuvo el coraje de meter el bisturí en los dos negocios que incluso hoy mas facturan en el planeta: los medicamentos y el petróleo. Nunca le perdonaron tanta independencia. Por eso le hicieron la cruz y le apuntaron los cañones. Por eso digo que a Illia lo voltearon los militares fascistas como Onganía que defendían los intereses económicos de los monopolios extranjeros. El lo dijo con toda claridad: a mi me derrocaron las 20 manzanas que rodean a la casa de gobierno. 
Juan Carlos Onganía, presidente de facto que sucedió
a Arturo Illia


    Nunca más un presidente en nuestro país volvió a viajar en subte o a tomar café en los bolichones. Nunca mas un presidente hizo lo que el hizo con los fondos reservados: no los tocó. Nació en Pergamino pero se encariñó con Cruz del Eje donde ejerció su vocación de arte de curar personas con la medicina y de curar sociedades con la política. Allí conoció a don González el padre de Marito, es decir de Jairo. Atendió a los humildes y peleó por la libertad y la justicia para todos.
Tato Bores fue implacable con su sátira política  en contra
del gobierno de Illi
a

    A Don Arturo Umberto Illia lo vamos a extrañar por el resto de nuestros días. Porque hacía sin robar. Porque se fue del gobierno mucho mas pobre de lo que entró y eso que entró pobre. Su modesta casa y el consultorio fueron donaciones de los vecinos y en los últimos días de su vida atendía en la panadería de un amigo. Fue la ética sentada en el sillón de Rivadavia. Yo tenía 11 años cuando los golpistas lo arrancaron de la casa de gobierno. Mi padre que lo había votado y lo admiraba profundamente se agarró la cabeza y me dijo:
    - Pobre de nosotros los argentinos. Todavía no sabemos los dramas que nos esperan.

    Y mi viejo tuvo razón. Mucha tragedia le esperaba a este bendito país. Yo tenía 11 años pero todavía recuerdo su cabeza blanca, su frente alta y su conciencia limpia.
¿Qué querrá decir la seña, acaso nos están indicando que nos vencieron...?
M. Jorge Salcedo
"Con Ud. por la revolución" J. London
Material gráfico, agradecimiento a: jmviedma.wordpress.com   taringa.net   diegoxs17.taringa.net   casa-illia.blogspot.com   flicrk.com   lineacapital.com.ar   lascosasdeldecir.blogspot.com

sábado, 6 de noviembre de 2010

ESTUDIANTES HUMILDES MARCAN LA PAUTA Y ORIENTAN EL RUMBO EN LA ARGENTINA

Juan Yáñez
Serie: Los que hacen patria. (ante malos políticos, buenos estudiantes)
Facultad de Derecho de la Universidad de Buenos Aires
                     Cuando cada día hojeamos la prensa estamos ya de antemano preparados para no asombrarnos por nada. Las noticias están suficientemente explícitas en la tinta que impregnó el  papel. Allí está el acontecer de cada día, aquello que merece ser reseñado y a también  informado. Encontramos noticias que palidecen nuestro ánimo, frustran nuestros anhelos y esperanzas. Nos hablan de recortes de presupuesto, de aumentos de tarifas e impuestos, de la degradación del ambiente, de la corrupción y de la cotización del dólar, que cada día devalúa nuestra moneda y nuestro bolsillo. Y no hablemos de política, que incluye la mala praxis evidente de políticos en el desempeño de sus obligaciones y un descaro descomunal en su pretensión de defender lo indefendible.
No solo ellos son los culpables del desbarajuste colosal sino los que los votaron también. Los malos políticos medran en relación proporcional a sus falsas promesas. A nadie estimulan a trabajar o a estudiar. En cambio poco les falta decir que la gente se queden en casa esperando recibir lo que el gobierno les de.
Por supuesto este proceder genera votos que la incapacidad gobernante necesita para perdurar en el poder y en la corrupción.
Sin embargo hay noticias que nos iluminan el alma, nos dan nuevos bríos y nos colman de esperanzas. No todo está perdido en esta Argentina que perdió la brújula hace tiempo.

Hoy precisamente, Clarín publica un reportaje que es un reconocimiento al esfuerzo de unos jóvenes humildes que estudian, trabajan y además algunos de ellos mantienen a sus familias y por supuesto no viven de la vergonzosas dádivas gubernamentales.

Amables amigos lectores, nuestro  Blog se honra en transcribir la reseña  publicada por CLARÍN para dejar un testimonio que sirva como un ejemplo que imitemos, que motive a otros jóvenes a emprender el mismo camino. Asimismo  decirles a estos jóvenes que estamos orgullosos de ellos, que prosigan con el mismo entusiasmo su camino y que  la voluntad de  Dios siempre los acompañe…

CLARÍN    Buenos Aires

Viven de changas y brillan en la facultad

06/11/10
Son alumnos humildes que fueron reconocidos por su esfuerzo. Ayer, la UBA premió a 45.

 ·             “Aprendí a coser para comprar los apuntes”

·                               Historias de voluntad y vocación
                Cuando Lucía empezó a cursar el CBC tenía la panza baja y tirante; faltaban días para que naciera el hijo de un amor escolar efímero. Desde su Merlo de calles de tierra y su casa sin heladera, fue su mamá quien la ayudó a espantar al fantasma del abandono: cada día, llevaba al bebé a la facultad para que Lucía lo amamantara en los recreos. Para Juan Carlos, en cambio, un ex albañil y futuro contador de Villa Fiorito, la ignorancia familiar se convirtió en la materia más delicada. “Eso es para vagos, andá a aprender un oficio, una ecuación no te va a dar de comer”, todavía le reprochan. Pero hay un punto en donde las historias se unen: Lucía está a poco más de un año de terminar la carrera de Filosofía y tiene un promedio que descoloca: 9,42. Juan Carlos sabe que, a diferencia de sus padres y de sus nueve hermanos, en dos años podrá elegir no trabajar más de albañil. Ellos y otros 43 estudiantes becados por la UBA ayer fueron premiados. Decir que se debió a su rendimiento académico a pesar de los palos en la rueda, tal vez sea una obviedad.
La editorial universitaria Eudeba eligió premiarlos en el Centro Cultural Ricardo Rojas sin plata ni trofeos decorativos. Lo hizo de un modo que alguien como Lucía –que aprendió a coser manteles o salió a vender comida para pagarse los apuntes–, sabe cuánto suma: libros, muchos.
Dicen ellos que esas becas que les entregó la Secretaría de Extensión Universitaria de la UBA significan más que el valor económico de $360. Esto es: anular la idea de abandonar y conservar los requisitos que se exigen para su renovación, como ser un alumno regular y mantener el promedio.
Las estadísticas muestran que en los últimos cinco años bajó más de un 30% la cantidad de universitarios de clase baja. La razón (ver “Estudia solo...) se parece mucho a las “ecuaciones que no dan de comer” de los padres de Juan Carlos. Lucía, Juan Carlos y los demás no son una contradicción a esas estadísticas. Son sus sobrevivientes.

“Aprendí a coser para comprar los apuntes”

06/11/10


PROMEDIO 9,42. LUCIA VIAJA 3 HORAS POR DIA PARA LLEGAR A LA FACULTAD. AMAMANTO A SU BEBE EN LOS RECREOS.
“Nunca se me ocurrió flaquear porque sería tirar a la basura el esfuerzo de mucha gente. Quiero mostrarles que valió la pena”, dice Lucía, de 23 años. Y no lo dice con falsa humildad ni como una frase hecha que busca quedar bien parada: “Cuando no tenía beca, un profesor me compraba los apuntes. Yo me moría de vergüenza... otros, cuando veían que yo iba a clase sin los materiales me prestaban sus libros para que pudiera copiarlos a mano y estudiar de ahí”, recuerda. Sabe gracias a quién pudo amamantar a su bebé en los recreos y cuenta cómo su papá –que no había terminado el secundario– decidió que esa chica que había llegado lejos en las Olimpíadas Nacionales de Filosofía tenía que seguir estudiando.
Pero claro, cuando enumera los esfuerzos ajenos, se olvida del propio: de las tres horas de viaje diarias en colectivo y en el tren Sarmiento desde Merlo hasta Puán, de que trabajó hasta una semana antes de tener al bebé, de las changas para poder seguir.
“Después de que nació mi hijo, empecé a vender comida y mi mamá me enseñó a coser. Aprendí a hacer vestidos, manteles, cortinas, tejidos y con eso me pagaba los apuntes. Ahora empecé a hacer desgrabaciones de clases para juntar un poco más de plata”, dice Lucía, que ayer fue premiada junto a otros dos alumnos de la Facultad de Filosofía y Letras.
“Yo no lo veo como un gran esfuerzo”, dice. “Y tampoco veo mi promedio como algo excepcional”, insiste. Pero el promedio –le faltan nueve materias para graduarse– objetivamente lo es: 9,42.
“Se que muchos miran a los estudiantes de filosofía como vagos, como que nos damos un lujo. Pero yo lo veo como una necesidad: pensar es la única manera de cambiar las cosas”.

“A pesar de todas las vallas, nunca pensé en abandonar mi carrera”

06/11/10
KIOSKERA. “CUANDO SALGO DE LA FACULTAD ME VENGO CORRIENDO AL NEGOCIO. ES EL SOSTEN DEL HOGAR”, DICE NOELIA, HUERFANA, Y FUTURA BIOQUIMICA. ¿PROMEDIO? 7,69.
Trabajar o no, en el caso de Noelia Miguens, no parecía una opción posible. “Mi papá murió cuando tenía 7 años. Y este año, después de haber pasado un mes y medio internada por una enfermedad respiratoria, murió mi mamá”, empieza. Noelia (26) pasaba las noches cuidándola y los días rindiendo finales de Farmacia y Bioquímica.
Ella, su hermana gemela –que tiene un trastorno de la alimentación– y su hermano mayor –que tiene dificultades en la vista producto de una toxoplasmosis–, tuvieron que rearmar la familia sin su principal columna emocional y económica.
El kiosco/almacén que tenía con su hermana en Castelar pasó de ser solo un ‘kiosquito’ a ser parte del sostén del hogar. “Estaba venido abajo y lo levantamos. Cuando salgo de la facultad me voy corriendo a atenderlo”, cuenta. Por su situación de vulnerabilidad social, Noelia –que ya había hecho changuitas para poder bancarse los estudios, como promociones o atención en una pileta de natación–, accedió a una Beca Sarmiento por medio del Programa “Graduados por Más Graduados”, en el que los egresados de la UBA colaboran económicamente para que otros estudiantes también puedan continuar sus estudios.
A pesar de todo, “nunca pensé en dejar mi carrera, jamás. No quiero quedarme solo con un negocio, quiero dedicarme a la investigación”, imagina.
Para eso no falta tanto: si la carrera sigue por estos rieles se graduará en diciembre de 2011. Su promedio no parece el de alguien que debió saltar tantas vallas: 7,69.

“Mi enorme problema es la portación barrio”

06/11/10
EN VILLA FIORITO. “NI MIS PADRES NI MIS 9 HERMANOS TERMINARON LA PRIMARIA”, DICE JUAN , FUTURO CONTADOR.
“A los 19 años empecé a trabajar en la construcción, pero algo me estallaba por dentro. Yo sabía que tenía la capacidad para estudiar pero veía a la universidad como un Dios: lejano, utópico, ridículo. Pensá que ni mi mamá ni mi papá ni mis nueve hermanos terminaron la primaria. ¿Cómo no lo iba a ver lejano?”, pregunta Juan Carlos, desde Villa Fiorito.
Mientras cursó el CBC cumplió con el mandato familiar y trabajó de albañil. “Pero en 2007 hice un mal esfuerzo y se me dislocaron los huesos de la columna y, como trabajaba en negro, me dijeron: ‘no podés laburar más, no venís más”. Juan Carlos, que había hecho cursos intensivos de verano y de invierno en la UBA y que se “quedaba solo estudiando en un aula hasta la medianoche porque en la villa cortaban la luz”, iba a tener que abandonar. “Encima mi familia no ayudaba, al contrario. Para ellos, ‘hacer algo’ es levantar una medianera; piensan que estudio porque no quiero trabajar. Me decían ‘aprendé un oficio, que así se gana la vida. Las ecuaciones no dan de comer”. Hasta que le otorgaron la beca Sarmiento.
Juan Carlos ya tiene 24 años y desde hace 7 vive solo en la pieza de material que alquila en Fiorito. Y aunque a veces volver de la facultad parece imposible –”los colectivos no entran de noche” – le faltan 18 materias para recibirse de contador en la Facultad de Ciencias Económicas. Su 6,33 de promedio, en este contexto, también es brillante.
Ahora su enorme problema es la “portación de barrio”: “Cada vez que me toman una entrevista de trabajo y digo que vivo acá me contestan lo mismo: ‘Cualquier cosa te llamamos”.
Estudia sólo el 20 % de los jóvenes pobres
06/11/10
Una nota publicada por Clarín en octubre mostró la distancia cada vez mayor que existe entre los sectores de menos recursos y su posibilidad de acceder y continuar los estudios universitarios.
El trabajo de la consultora privada EPM, sobre datos comparativos de TGI-IBOPE entre 2005 y 2010, mostró que la cantidad de jóvenes de entre 20 y 25 años que estudian descendió un 15 %. Pero al analizar los porcentajes por nivel socioeconómico se evidenció que en los sectores bajos el descenso fue del 34 % y en los medios, del 18 %. En los altos, en cambio, hubo un aumento del 7 %.
En el promedio del país, estudian 2 de cada diez jóvenes de nivel socioeconómico bajo. La explicación de los especialistas es que muchos priorizan el trabajo para mantenerse porque están atados al presente inmediato.


El símbolo patriótico por excelencia: El pabellón nacional

viernes, 22 de octubre de 2010

DISCURSO DE LA DIPUTADA LIDIA (PINKY) SATRAGNO: "IMPUESTO AL SALARIO"


 CONGRESO NACIONAL  CÁMARA DE DIPUTADOS
Sesión 13 de octubre de 2010
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 Sra. Presidenta (Fadel).- Tiene la palabra la señora diputada por Buenos Aires, que comparte su tiempo con el señor diputado Triaca.

Sra. Satragno.- Señora presidente: en estos tres años que estoy en esta Cámara de Diputados me han sucedido cosas buenas y malas. Últimamente he experimentado con vergüenza y angustia un sentimiento que nunca había tenido, que es el sentimiento de la ira, que he tratado de mitigar recordando  por encima de la injusticia social, de la inseguridad, del bajo nivel al que se ha llevado al pueblo de mi patria en cuanto a su educación, de tantas cosas que a diario nos asaltan y nos golpean  los momentos que han sido importantes para mí.
               El primero, obviamente, fue el del juramento, ceremonia a la que muchos de mis colegas no le dan ninguna importancia. Yo juré por mi patria y por su pueblo, y he tratado de cumplirlo. Todos los proyectos de ley que he presentado desde entonces hasta ahora, los proyectos de resolución, los pedidos de informes, han sido cajoneados sistemáticamente, desde el primero, que fue que se rebajara el IVA a la canasta básica de alimentos del 21 por ciento al 3,5 por ciento. Ese proyecto después lo he escuchado en boca de muchos candidatos, pero aquí en la Cámara el mío nunca se ha tocado.
               Por cierto, señora presidente, ahora que me acuerdo, otro de los momentos maravillosos que yo viví en esta Cámara fue en diciembre del año pasado, cuando me tocó estar sentada en ese sillón que usted ocupa en este momento  y tomar juramento a los nuevos diputados.
               ¿El diputado Kirchner está de licencia?
(largo silencio total en la cámara)
-             Luego de unos instantes:
Sra. Satragno.- Ese es el sonido de la respuesta que he obtenido desde marzo hasta ahora. Nadie lo sabe. Es un secreto.
               Sigamos con lo que realmente nos importa, que es el tema que estamos discutiendo.
               El último proyecto que yo presenté fue uno basado en un pensamiento sobre los trabajadores de mi patria, pero quizá de una enorme ingenuidad… o no. Era una propuesta de que no se les cobrara el impuesto a las ganancias, porque para mí lo que produce un trabajador, un empleado, dependiente de los convenios colectivos de trabajo, es salario. No sé si se me entendió. Lo digo de nuevo: sa-la-rio. Salario, no ganancia. Entonces, yo pedía que a todos los trabajadores dependientes de los convenios colectivos de trabajo no se les cobre impuesto a las ganancias.
               Con mucho entusiasmo, alegría y, otra vez, una gran ingenuidad, se lo llevé al doctor Recalde. ¿Se fue el doctor Recalde? Ah, no, está sentadito ahí al fondo. Él nunca me contestó. Le dije que quería que lo lea y nunca me contestó nada, o bien… le pareció nada.

Sra. Presidenta (Fadel).- El señor diputado Recalde le solicita una interrupción, ¿la concede, señora diputada?
 Sra. Satragno.- No. Ya termino.
               Entonces, cuando vi este proyecto, primero me irrité. No llegué a la ira que me producen las muertes permanentes en las calles de mi patria, pero sí me irrité. Después pensé: bueno, esta es una limosna que no es más que una pequeña restitución del despojo; más vale poco que nada. Así que voy a votar el proyecto a favor. Gracias Señora Presidente. 
 Material gráfico, agradecimientos a:   diariodecuyo.com.ar   urgente24.com   universochat.net  
cuestiondefondo.com

domingo, 17 de octubre de 2010

PERÓN Y SU CABALLO PINTO

Juan Yáñez
                                                Serie: Recuerdos, actualidades y esperanzas
El Gral. de Caballería Juan D. Perón montado en "Mancha" en 1950

                                                           Siempre me gustaron los desfiles militares y más cuando era pibe. Siempre trataba de ubicarme en primera fila, a pesar de que nunca llegábamos  temprano. Los Desfiles de los  9 de Julio, el día de la Independencia,  eran memorables. Un acontecimiento para los porteños y para cualquiera que se encontrara en Buenos Aires.
 Recuerdo con claridad el de 1950,  precisamente por un interesante detalle:  Perón  desfilaría montado en su caballo pinto que era todo un espectáculo.  Era un caballo de gran alzada, elegante,  blanco con pintas oscuras. Quizás sería un percherón estilizado con una magnífica estampa.
Los Granaderos de San Martín

 Aquel 9 de julio amaneció soleado aunque ventoso y frío. Llegamos a la Avenida Libertador, donde se realizaban los desfiles, con mamá y mis hermanos y nos ubicamos en una  de las tribunas próximas al palco presidencial, gracias a unos pases de cortesía que un coronel retirado, amigo de papá nos había conseguido.
Un personaje histórico  y el líder de un movimiento ya bastante ajado y fósil
 Los desfiles siempre comienzan con lo más  conspicuo y lo que más luce. Comenzó la infantería; las tropas mejor preparadas  y disciplinadas marchaban al son de las marchas militares. Las banderas flameaban impecables de cara al viento y los uniformes de época de los soldados lucían llamativos  con sus vivos colores. 
Las marchas militares tienen el encanto de despertar los sentimientos patrióticos. 
Nos sentíamos más argentinos que nunca, orgullosos de la patria, sin la menor parcialidad política.
 Luego le tocó el turno a la caballería. Los briosos alazanes enjaezados con su rítmico trote y prestancia. Eran los Granaderos de San Martín y entre ellos escoltándolo marchaba Perón en su blanco caballo, que según creo recordar se llamaba “Mancha”.

Una época dura
Perón saludaba sonriendo a los aplausos y las vivas del público,  levantando el brazo que le dejaba libre las bridas. Tenía un magnífico porte, era un general de caballería, --quien no carecía de un estudiado histrionismo−  acostumbrado al picadero, donde se ejercita la equitación. Ese fue el plato fuerte de ese inolvidable desfile.
 Hoy a más de sesenta años de aquello y a pesar de que no fue ninguna época gloriosa, ni tampoco airosa, pero que fácilmente podría haberse superado con tolerancia y buena voluntad.  Me complace ver esa foto, por sobre todo porque que representa  un período y un escenario tan distinto al actual, hoy tan corrompido y vulgar.  Luego  se sumó  la mala e infausta  experiencia militar y todo lo demás.
Dios los agarre confesados y a nosotros también...
Estimamos que ya es tiempo de que las aguas vuelvan a su cauce;  es hora  de cerrar viejas heridas y que la argentinidad brote espontánea y sin la desmesurada ideología política con  que los políticos nos vulgarizan y nos dividen.  Mucho de lo que pasa en la actualidad, acontece por nuestra propia  culpa e indiferencia. Es hora de reaccionar. Nos estamos quedando atrás en el normal  desarrollo de las naciones y  de las sociedades humanas. Hagamos todos de la voluntad un reto para que  naturalmente surjan los líderes...


 Adelante.  Si no es ahora, ¿Cuándo..?

Un pibe argentino, Dios lo bendiga, nuestra más cara esperanza...

Material gráfico, agradecimiento a:   filatina.worgpress.com   tiempodenoticias.com.ar   clarin.com   pepiletras.blogspot.com   tomax.ober-blog.com   taringa.net  

sábado, 25 de septiembre de 2010

MACEDONIO FERNÁNDEZ EN PEQUEÑAS DOSIS...2DA. DOSIS

AUTOBIOGRAFÍA


                                                                                       No exceda la dosis prescrita




EI Universo o Realidad y yo nacimos el 1 de junio de 1874 y es sencillo añadir que ambos nacimientos ocurrieron cerca de aquí y en una ciudad de Buenos Aires.

 Hay un mundo para todo nacer, y el no nacer no tiene nada de personal, es meramente no haber mundo. Nacer y no hallarlo es imposible; no se ha visto a ningún yo que naciendo se encontrara sin mundo, por lo que creo que la Realidad que hay la traemos nosotros y no quedaría nada de ella si efectivamente muriéramos, como temen algunos.

En vano diga la historia, en volúmenes inmensos, sobre el mucho haber mundo antes de ese 1 de junio; sus tomos bobalicones es lo único que yo conozco (no sus hechos), pero los conocí, después de nacer, como todo lo demás. Lo que me podría convencer sería el Arte, más gracioso y verdadero: un preludio de Rachmaninoff, una mirada creada por Goya, pero no es tan crédulo el arte, no abre la boca ante los cortejos de pompas fúnebres, como la historia.

Nací, otros lo habrán efectuado también, pero en sus detalles es proeza. Lo tenía olvidado, pero lo sigo aprovechando a este hecho sin examinarlo, pues no le hallaba influencia más que sobre la edad. Mas
las oportunidades que ahora suelen ofrecerse de presentar mi biografía (en la forma más embustera de arte que se conoce, como autobiografía, solo las Historias son más adulteradas) háceme advertir lo injusto que he sido con un hecho tan literario como resulta la natividad. (El dato de la fecha de ésta se me ha pedido tanto y con una sonrisa tan juguetona, que tuve la ilusión de que ello significaba que era posible una fecha mejor de nacimiento mío y se me alentaba a elegirla y pedirla, que se me habría de conseguir. 

Por si acaso, aunque no han progresado ni declarándose estas cortesías, dejo dicho que me gustaría haber nacido en 1900).

Como no hallo nada sobresaliente que contar de mi vida, no me queda más que esto de los nacimientos, pues ahora me ocurre otro: comienzo a ser autor. De la Abogacía me he mudado; estoy recién entrado a la Literatura y como ninguno de la clientela mía judicial se vino conmigo, no tengo el primer lector todavía.

 De manera que cualquier persona puede tener hoy la suerte, que la posteridad 1e reconocerá, de llegar a ser el primer lector de un cierto escritor. Es lo único que me alegra cuando pienso la fortuna que correrá mi libro: "No toda es vigilia la de los ojos abiertos". No se olvide: soy el único literato existente de quien se puede ser el primer lector. 

Pero además mi libro, y es más inusitado esto todavía, es la única cosa que en Buenos Aires puede encontrarse aún no inaugurada por el Presidente. Se están imprimiendo todos los certificados de primer lector mío que se calcula serán necesarios.

 Y para retener al libro el segundo precioso mérito que lo adorno, el Editor ha puesto vigilancia en todos los caminos por donde pueda acercarse una Inauguración Presidencial infortunada.
Material gráfico, agradecimiento a: letrasuruguay.espaciolatino.com    procultura10.blogspot.com 

sábado, 11 de septiembre de 2010

MACEDONIO FERNÁNDEZ EN PEQUEÑAS DOSIS...


(No exceda la dosis prescrita).



Macedonio Fernández, 1874-1952

(Palabras de Borges ante la tumba de Macedonio Fernández) 

Un filósofo, un poeta y un novelista mueren en Macedonio Fernández, y esos términos, aplicados a él, recobran un sentido que no suelen tener en esta república. 

Filósofo es, entre nosotros, el hombre versado en la historia de la filosofía, en la cronología de los debates y en las bifurcaciones de las escuelas; poeta es el hombre que ha aprendido las reglas de la métrica (o que las infringe, ostentosamente) y que sabe, también, que puede versificar su melancolía, pero no su envidia o su gula, aunque tales pasiones sean fundamentales en él; novelista es el artesano que nos propone cuatro o cinco personas (cuatro o cinco nombres) y los hace convivir, dormir, despertarse, almorzar y tomar el té hasta llenar el número exigido de páginas.

A Macedonio, en cambio, como a los hindúes, las circunstancias y las fechas de la filosofía: no le importaron, pero si la filosofía.

Fue filósofo, porque anhelaba saber quiénes somos (si es que alguien somos) y qué o quién es el universo. Fue poeta, porque sintió que la poesía es el procedimiento más fiel para transcribir la realidad.

 Macedonio, pienso, pudo haber escrito un Quijote cuyo protagonista diera con aventuras reales más portentosas que las que le prometieron sus libros. Fue novelista, porque sintió que cada yo es único, como lo es cada rostro, aunque razones metafísicas lo indujeron a negar el yo.

Metafísicas o de índole emocional, porque he sospechado que negó el yo para ocultarlo de la muerte, para que, no existiendo, fuera inaccesible a la muerte. 

Toda su vida, Macedonio, por amor de la vida, fue temeroso de la muerte, salvo (me dicen) en las últimas horas, en que halló su coraje y la esperó con tranquila curiosidad. 

Intimos amigos de Macedonio fueron José Ingenieros, Ignacio del Mazo, Carlos Mendiondo, Julio Molina Vedia, Arturo Múscari y mi padre; hacia 1921, de vuelta de Suiza y de España, heredé esa amistad. La República Argentina me pareció un territorio insípido, que no era, ya, la pintoresca barbarie y que aún no era la cultura, pero hablé un par de veces con Macedonio y comprendí que ese hombre gris que, en una mediocre pensión del barrio de los Tribunales, descubría los problemas eternos como si fuera Tales de Mileto o Parménides, podía reemplazar infinitamente los siglos y los reinos de Europa.

 Yo pasaba los días leyendo a Mauthner o elaborando áridos y avaros poemas de la secta, de la equivocación, ultraísta; la certidumbre de que el sábado, en una confitería del Once, oiríamos a Macedonio explicar qué ausencia o qué ilusión es el yo, bastaba, lo recuerdo muy bien, para justificar las semanas. En el decurso de una vida ya larga, no hubo conversación que me impresionara como la de Macedonio Fernández, y he conocido a Alberto Gerchunoff y a Rafael Cansinos Assens.

 Se habla de la irreverencia de Macedonio. Este pensaba que la plenitud del ser esta aquí, ahora, en cada individuo, venerar lo lejano le parecía desdeñar o ignorar la divinidad inmediata; de ese recelo procedieron sus burlas contra viejas cosas ilustres. 

Los historiadores de la mística judía hablan de un tipo de maestro, el Zaddik, cuya doctrina de la Ley es menos importante que el hecho de que él mismo es la Ley. Algo de Zaddik hubo en Macedonio. Yo por aquellos años lo imité, hasta la transcripción, hasta el apasionado y devoto plagio. Yo sentía: Macedonio es la metafísica, es la literatura. Quienes lo precedieron pueden resplandecer en la historia, pero eran borradores de Macedonio, versiones imperfectas y previas. No imitar ese canon hubiera sido una negligencia increíble. 

Las mejores posibilidades de lo argentino —la lucidez, la modestia, la cortesía, la íntima pasión, la amistad genial— se realizaron en Macedonio Fernández, acaso con mayor plenitud que en otros contemporáneos famosos. Macedonio era criollo, con naturalidad y aun con inocencia, y precisamente por serlo, pudo bromear (como Estanislao del Campo, a quien tanto quería) sobre el gaucho y decir que éste era un entretenimiento para los caballos de las estancias. 

Antes de ser escritas, las bromas y las especulaciones de Macedonio fueron orales. Yo he conocido la dicha de verlas surgir, al azar del diálogo, con una espontaneidad que acaso no guardan en la página escrita. 

Definir a Macedonio Fernández parece una empresa imposible; es como definir el rojo en términos de otro color; entiendo que el epíteto genial, por lo que afirma y lo que excluye, es quizá el más preciso que puede hallarse. Macedonio perdurara en su obra y como centro de una cariñosa mitología. Una de las felicidades de mi vida es haber sido amigo de Macedonio, es haberlo visto vivir. 

Marzo-abril de 1952

El cementerio de La Recoleta, en Buenos Aires.

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martes, 24 de agosto de 2010

DECÁLOGO DEL ASALTADO ARGENTINO. (Extensivo a otras nacionalidades)



Por Ricardo Flaggela

Sobre una realidad que nadie quiere pero a la que muchos se están acostumbrando.

COMPRENDER

1)     El asaltado debe conocerse de que el asaltante está amparado por lo Derechos Humanos y que si delinque es por ausencia de discernimiento y por traumas derivados de la marginalidad a que lo sometió la injusta sociedad que lo abandonó.

NO PREJUZGAR

2)     El asaltado debe en todo momento juzgar al asaltante como un menor juguetón, enfermo y ungido de rehabilitarse o como un desempleado en busca de sustento familiar.

NO RESISTIR

3)     Enfrentado al victimario la víctima, debe asumir la no violencia, porque la defensa propia, la de la familia y la de su propiedad son resabios del autoritarismo.

NO DENUNCIAR

4)     El asaltado debe abstenerse de presentar denuncia para no alterar la cifra estadística, según la cual la cifra delictiva está en declinación.

NO COMPROMETER

5)     El asaltado debe evitarle a los policías el compromiso de arrestar al asaltante impidiendo así que sean dados de baja por apremios ilegítimos por apremios en contra de una vçictima de la sociedad y de las circunstancias que lo llevaron a delinquir.

AGRADECER

6)     El asaltado debe conservar perpetua gratitud si el asaltante le permite seguir con vida, pues solo le ha robado, apuñalado o aterrorizado a toda su familia.

NO DEMANDAR

7)     El asaltado debe evitar interponer acciones legales contra el asaltante para evitar perdida de tiempo, honorarios de abogado y vendettas de parte de los delincuentes.

UN MAL NECESARIO

8)     El asaltado debe evaluar al asaltante como un mal necesario para la sociedad, equivalente a: narcotraficantes, proxenetas, políticos corruptos etc.
 
SILENCIO

9)     El asaltado debe guardar silencio para evitar alarma pública que pudiera dañar la imagen de las autoridades.

APOYAR Y ALENTAR

10) El asaltado debe apoyar el mejoramiento de las condiciones de vida del asaltante y sus compinches que pudieran estar en la cárcel y aplaudir las decisiones gubernamentales de dejarlos en libertad e incluso manifestarse a favor de los indultos.






SI esto no es fin. ¿Entonces dónde está…?
                                    .......
Nota al Margen: Señores gobernantes: ¿De qué lado están ustedes..?

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