Vilca revocaba una pared mientras Bollini de Prado estaba encadenada a su lado.
ArquimedesPuccio, hoy, en su casa de El Talar, donde cumple su arresto. Dice
que no tiene que arrepentirse de nada,
En los 80, Arquimedes Puccio lideró una banda, con dos de sus hijos.
Secuestraron y asesinaron a empresarios. Con tres condenas de prisión perpetua,
por su edad ahora cumple arresto domiciliario. Pero como, según los vecinos,
sale a pasear, la Justicia
estudia si le revocan el beneficio.
Es calvo, petiso, rechoncho. El perfil, siciliano, como el de cualquier inmigrante.
Hombre de misa de once cada domingo en la Catedral de San Isidro, de traje oscuro y
corbata, a Arquímedes Rafael Puccio sus vecinos lo motejaron El Loco, porque
barría la vereda de su mansión en horarios insólitos; Cu- Cú, porque era
habitual verlo asomar la cabeza a cada rato por uno de los ventanucos
superiores de la casa, y finalmente, Bernardo, por su parecido asombroso con el
ayudante de El Zorro en la serie de televisión. Ahora está avejentado, pero
sigue con la obsesión de barrer la vereda, aunque en una casa más modesta, en
El Talar de Pacheco, donde cumple arresto domiciliario. Como los vecinos lo ven
salir a pasear, la tevé lo descubrió y la Justicia debe decidir si le revoca el beneficio.
La suya fue en realidad la vida de un personaje de historieta, pero trágica.
Arrancó como oscuro correo diplomático; fue Tacuara y ya adulto, se convirtió
en contador público nacional. Frecuentador de la derecha peronista, brazo civil
de grupos militares que llevaron hasta la exaltación la omnipotencia homicida,
Puecio se engolosinó con la veta e instaló por cuenta propia una industria del
delito. La gavilla qué comandaba fue la responsable de la muerte de tres
empresarios: Eduardo Aulet, Ricardo Manoukian, Emilio Naum, el dueño de Mac
Taylor. También en lo que sería su Waterloo policíaco, en 1985, secuestraron a
Nélida Bollini de Prado, una viuda a la que mantuvieron encadenada en una
mazmorra que construyeron en el sótano de la casa familiar. Antes, en 1973,
habían raptado a Enrique Pels, un ejecutivo deBonafide que jamás quiso hablar
del asunto (Puccio fue sobreseído en aquel momento en esa causa por falta de
pruebas) y por cuyo rescate se pagó un millón de dólares. Pero, ¿qué sociedad,
qué circunstancias son capaces de parir una hidra asesina semejante?
Arquímedes, el vagabundo
Puccio nació en un inquilinato de Independencia y Perú, en San Telmo (hoy
demolido y dedicado el solar a playa de estacionamiento) en 1930. Su padre,
Juan Puccio, fue jefe de prensa del Ministerio de Relaciones Exte-riores y Culto
durante la gestión del canciller Juan Atilio Bramuglia -su amigo personal- en
el primer peronismo. Culminada su instrucción secundaria, en 1949, cuando
todavía no había cumplido 19 años, Arquímedes ingresó también en la Cancillería. Al
año siguiente lo destinaron a la embajada argentina en Madrid como correo de
base, denominación técnica de los correos diplomáticos.
Siempre se sospechó que los correos diplomáticos podían tentarse con el
contrabando. Puccio, que cumplió la función con interrupciories, en 1962 fue
trasladado a Buenos Aires, y dos años después exonerado por el canciller del
presidente Arturo Illia, Miguel Angel Zavala Ortiz. La causa fue que se lo
sorprendió intentando contrabandear, por valija diplomática, 250 pistolas
Beretta provenientes de Italia. El proceso se atenuó porque las armas eran de
calibre 22, y finalmente fue sobreseído por la Justicia.
En ese
momento Puccio -que en 1957 se había sumado a Bramuglia en la fundación del
partido Unión Popular, un intento de gambetear la prohibición del
justicialismo- se dedicó a las inversiones inmobiliarias. Para entonces, ya se
había recibido de contador público, y casado con la profesora de contabilidad y
matemática Epifanía Angeles Calvo, con quien tuvo cinco hijos: Alejandro,
Sílvia, Daniel, GuíllermoyAdriana. Tanto en su etapa universitaria como
después, Puccio triscó por Tacuara y otros grupos ultranacionalistas que a
veces abrevaban en el peronismo.
En 1973, apareció como Secretario de Deportes
de la Municipalidad
de Buenos Aires, en la gestión de Leopoldo Frenkel. Más tarde se lo ubica en el
Ministerio de Bienestar Social, ya en tiempos del ocultista José López Rega. Se
le atribuyó una relación con los hermanos Pedro Eladio y Demetrio Vásquez, que
trabajaron con El Brujo, dueños de la Empresa Rojas, de transportes, que los
interesados desmintieron. Fue en ese año de 1973 cuando Puccio concretó el que
se considera su primer secuestro extorsivo, del que fue víctima el ya
mencionado ejecutivo de Bonafide. En 19 60, Puccio había comprado una casona en
San Isidro, en la calle Martín y Omar al 500, esquina 25 de Mayo, La pro ¡edad
fue escríturada a nomb de ELFAR, una sociedad anó a industrial, comercial,
financiera e inmobiliaria teóricamente dedicada a fabricar y distribuir
artículos de pesca e integrada por sus parientes directos (hermanos suyos y de
su mujer, un cuñado).
Allí, en 1980, iba a instalar una rotisería, y tres años
después Hobby wind, una casa de implementos para wind surf y esqui que atendía
su hijo Alejandro, por entonces estrella del primer equipo de rugby del Club
Atlético de San Isidro (CASI).
 |
Alejandro Puccio (uno de los hijos de Arquímides,
murió en 2008) |
Alex, con sus enormes patillas, era un raudo
wing tres cuartos que hasta llegó a colar en Los Pumas.
 |
Daniel Puccio |
Su hermano Daniel,
alias Maguila, también jugó rugby, lo mismo que Guillermo, el menor de los
varones, a quien en 1985, cuan o se descubrieron las andanzas de la familia, se
le recomendó no regresar de Nueva Zelanda, donde se encontraba.
Se creía que
podía haber actuado de posta motorizada en la secuencia del pago de rescate por
el empresario Aulet. Si bien nunca serían considerados una familia tradicional
de San Isidro por la aristocracia local, los Puccio solidificaron su posición
social en el lugar. Silvia, la hija mayor, además de socia del CASI, fue
profesora de Cerámica en el Instituto de Artes Visuales Regina Pacis,
regenteado por monjas católicas
.El revés de la trama
En las reformas de la mansión -que costaron más de 100.000 dólares- trabajó
como albañil el boliviano Herculeano Vílca, que fue quien cavó la fosa en que
enterraron a Aulet. En 1983, los Puccio agrandaron el sótano y lo dotaron de un
calabozo de hormigón. Esto fue, aparentemente, para evitarse el trajín de
encadenar a sus víctimas en la bañera del retrete principal del primer piso,
como hicieron con Manoukian en 1982 y con Aulet en 1983, antes de asesinarlos.
El emporio criminal de los Puccio comenzó a derrumbarse el 23 de agosto de
1985, cuando un grupo de la División Defraudaciones y Estafas de la Policía Federal
comandado por el comisario Mario Fernández (cuya actuación en el Caso Sivak
despues sería cuestionada por la familia de la víctima) detuvo junto a la
cancha de Huracán a Arquímedes, su hijo Daniel y Guillermo Fernández Laborda,
que se aprestaban a cobrar el rescate exigido por la empresaria Bollini de
Prado, alguna vez dueña de una funeraria por la cual, según denuncias no
confirmadas, se supone pasaron algunos cadáveres NN que produjo la última
dictadura. La viuda, desde hacía un mes, estaba encerrada en el calabozo del
sótano de los Puccio. Arquímedes les dijo a los policías que su casa estaba
dinamitada, para evitar que fueran y ganar tiempo. Fue inútil. Cuando la
partida llegó a liberar de su calvar ¡o a la viuda de Prado, Alejandro,
festejaba a su novia, Mónica Sorvik, en el estar del primer piso.
El rugbier
fue detenido de imnediato. Sus cofrades del CASI reaccionaron corporativamente.
Sin ninguna prueba, se empeñaron en sostener su inocencia a rajatabla. Con
férreo espíritu de cuerpo, hicieron rezar una misa por él, se agolparon en
Tribunales, rodearon a su novia. Florencio Varela (un legendario jugador del
CASI, Secretario del Menor con Juan Carlos Onganía, defensor de Hernán
Invernizzi, hijo de Eva Giberti, detenido por facilitar, cuando era conscripto,
el copamiento de una unidad militar, y que quedó libre en 1988) se encargó de
la defensa de Alex junto con Esteban Vergara, otro abogado socio del club. Lo
hicieron por pedido de sus hijos, compañeros del joven en el CASI pero cuando
comprobaron que les había mentido al jurar inocencia, ambos renunciaron a seguir
siendo sus letrados.
Alejandro Puccio -que fue quien, aprovechando su conocimiento social con él, le
tendió a Manoukian la celada que culminó en su secuestro- quiso suicidarse
cuatro veces. El intento más espectacul ar se registró el viernes 8 de noviembre
de 1985, cuando dos guardias lo trasladaban desde la Alcaldía del Palacio de
Justicia al despacho del juez Héctor Grieben. Aunque estaba esposado con las
manos en la espalda, desde el segundo piso se arrojó al vacío. Si bien su caída
fue amortiguada por un techo intermedio,sufrió gravísimas heridas, incluyendo
politraumatismos craneanos, de los que se recuperó tras una dilatada estancia
en terapia intensiva. Sorvik, que en principio creyó a rajatabla en la
inocencia de su festejante, trabajaba como maestra jardinera en Mayfair School,
de Coronel Díaz y Las Heras. Tuvo que soportar más de una vez el acoso de la
prensa sensacionalista, aún hasta dos años después de roto el noviazgo, en
1987. En 1993 Alej andro Puccio se casó en la cárcel con Naney Arrat, antes,
había organizado con Sergio Schoklender un centro universitario en el penal de
Villa Devoto (él se anotó en Psicología).
Alejandro Puccio sigue preso, en el penal de Florencio Varela. Pidió la
libertad condicional. (murió en el 2008)
La hermandad
Alejandro Puccio, en fin, tam bién intentó ahorcarse con una sábana en su celda
de la cárcel de Villa Devoto, donde estaba alojado, y a fines de enero de 1989
reiteró el intento, tragándose dos cartuchos de máquinas de afeitar. Esa vez el
resultado fueron hemorragias intestinales, también controladas. Alex tenía
antecedentes en ese sentido, ya que antes que estallara el raid criminal que lo
involucra, en ocasión de encontrarse circunstancialmente demorado en la Comísaría 22, intentó
electrocutarse metiendo los dedos en el enchufe. Sigue preso en la cárcel de
Florencio Varela, y cada tanto intenta quedar libre bajo fianza. Lo logró entre
1997-99, pero después la
Justicia lo encarceló de nuevo.
En el 2000, logró que le
concedieran salidas laborales, y trabajó en un consultorio médico. Pero ese
beneficio le duró un mes: una jueza se lo revocó cuando descubrió que su
trabajo era apenas una fachada y que volvía a la cárcel cuando quería. Ahora,
un tribunal de San Isidro debe resolver si le otorga, otra vez, la libertad
condicional. Por su parte, Daniel Puccio pasó dos años en la cárcel, y logró la
libertad bajo fianza en 1998. Fue por haber estado preso dos años sin sentencia
(el mismo beneficio alcanzó a su madre en noviembre de 1987). Finalmente su
condena a 13 años de cárcel fue ratificada casi diez años después, en 1997, por
el secuestro de Bollini de Prado, pero sigue prófugo. Al salir de la cárcel,
Daniel volvió a vivir en su casa de San Isidro, junto a su madre y sus
hermanas. Entonces, pedía plata para conceder reportajes. También quiso vender
notas exclusivas de su hermano Alejandro, pero se dudaba de su verosimilitud.
Hoy se cree que vive en Brasil.
Daniel Puccio fue condenado a 13 años de prisión, pero está prófugo, en Brasil.
V Íctimas
, 2. Ricardo Manouk¡an.RICARDO makoukian
Tenía24 años y era amigo de Alejandro Puccio. Fue secuestrado el 22 de julio de
1982, en San Isidro. Se lo llevaron cuando salía de un depósitos de los
supermercados de laf amilia, en Martínez. Por él pagaron un rescate de 500.000
dólares. Pero igual lo asesinaron.
3. EduardoAulet,EDUARDO AULET
Ingeniero industrial, hijo de un empresario metalúrgico, f ue secuestrado el 5
de mayo de 1983 en Barrio Norte. Estaba casado y tenía 25 años. Se conocía con
Alejandro Puccio porque jugaba al rugby. Su f amilía pagó 100.000 dólares. Pero
lo asesinaron. En 1987, hallaron su cadáver en General Rodríguez
4. Emilio NaumEMILIO NAUM Dueño de dos casas de ropa, tenía 38 años. El 22 de
junio de 199, vio que Arquímedes Puccio -a quien conocía- le hacía señas y paró
con su auto. Se resistió, le pegaron un tiro en el pecho. Fernández Laborda
conf esó haberle disparado.
Néiida Bollini de Prado,La mujer f ue la única de las victimas de los Puccio
que salvó su vida.NEMA BOLLINI DE PRADO Tenía 58 años cuando la secuestraron,
en 1985. Su f amilia era dueña de una concesionaria de autos. Estuvo 32 días en
el sótano dela casa de los Puccio, atada con una cadena al tobillo. Fue la
única sobreviviente.
3. HerculeanoVilea fue el que cavó la fosa donde enterraron al empresario
Aulet, Ya está en libertad.
Victimarios-
ARGUMEDES PUCCIO
Líder y cerebro de la banda. Contador público. Vinculado con la derecha
peronista, f ue funcionario de la Cancillería y Secretario de Deportes de la Municipalidad de
Buenos A¡ res en 1973. Condenado a perpetua por los cuatro casos que cometió la
banda. Portener más 70 años, desde enero de este año cumple arresto
domiciliario. Víve en una casa de ElTalar.Tiene 74 años.
ALEJANDRO PUCCIO Hijo de Arquímedes. Fue jugador de rugby del CASI y de Los
Pumas. Regenteaba una casa de artículos de windsurf. Lo detuvieron el 23 de
agosto de 1985, cuando liberaron a Bollini de Prado. Fue condenado a perpetua
por el secuestro y asesinato de su amigo, Ricardo Manoukian, a quien entregó.
En la cárcel estudió psicología. En 1993 se casó con una chica que lo iba a
visitar. Ahora tiene 44 años. En el 97salió libre bajo fianza, pero volvió a
quedar detenido. En el 2000 obtuvo salidas laborales, pero después le revocaron
el beneficio.
GUILLERMO FERNANDEZ LABORDA Su confesión le permitió a los investigadores
desartícular la banda. Dijo que f ue e. quien disparo contra Naum y Manoukian.
Los condenaron a reclusión perpetua.Era amigo de Arquímedes Puccio desde la
década de 1970.
1 Victoriano Franco, teniente coronel. M u rió a los 84 años en
prisiónVICTORIANO FRANCO
Era teniente coronel retirado. Participó en el secuestro de Aulet y le dio su
arma a Fernández Laborda para que asesinara a Naum. Su condena f ue de prisión
perpetua. A los 84 años murió en la cárcel.
ROBERTO OSCAR DIAZ
2. Roberto 0scarDiaz fue quien asesinó a Eduardo Aulet, Sigue preso.Hoy tiene
66 años y f ue' él último en sumarse a la banda.
Conoció a Arquímedes Puccio en una agencia de autos de Llavallol. Entregó a
Nélida Bollini de Prado, la única que sobrevivió a sus captores.
Confesó ante la Justicia
que mató a Aulet. "Me pidieron una prueba de sangre para incorporarme a la
organización dijo. Condenado a perpetua.
GUSTAVO CONTEPOMI Arquímedes Puccio lo convocó para formar parte del grupo. Era
amante de una mujer, f amiliar de Aulet, y se lo consideró el contacto para
llegar al empresario. Murió en la cárcel cuando ya tenía más de 70años.
DANIEL PUCCIO Alias Maquila.Hijo de Arquímedes. Fue detenido en 1985, cuando
negociaba el rescate de Bollini de Prado. Lo condenaron a 14 años pero la
sentencia f ue anulada porque se había perdido una hoja del expediente. En el
97 le dieron 13 años. Estaba en libertad y nunca se presentó. Está próf ugo,
según los f amillares de las víctimas, en Brasil,
HERCULEANO VILCA Era un albañil que se encargó de acondicionar el sótano de la
casa de los Puccio. En el juicio admitió haber cavado la fosa donde enterraron
a Aulet. Le dieron 10 años, que ya cumplió.
Los antecedentes de los miembros del clan Puecio no pertenecientes a la familia
también son significativos. Roberto Oscar Díaz (hoy de 66 años), casado,
mecánico -se desempeñó durante treinta y siete años en una concesionaria del
difunto Alberto Jacinto Armando, en la que llegó
jefe de mantenimiento- conoció Arquímedes en una agencia Mitsubishi de
Llavallol. Confesó haber asesinado a Aulet y entregado a Bollini de Prado. En
cuanto a Fernández Laborda (hoy 60), comisionista de aduana, fue administrador
del porteño Hospital Municipal Ramos Mejía hasta 19 7 6 y actuó en la
denominada Escuela Superior de Conducción Política del Partido Justicialista.
Femández Laborda, que al ser detenido se dedicaba al comercio exterior, fue
quien disparó contra Marroulcian y Naum. Otro integrante de la gavilla fue
Gustavo Contepomi, que murió en la cárcel en 1994, a los 70. Divorciado,
comerciante, era amigo de Aulet. Es un decir: él fue quien lo entregó a la
banda. Lo había conocido por su amante, familiar del empresario. En cuanto al
teniente coronel Rodolfo Victoriano Franco, era del arma de Caballería y fue
pasado a retiro en 1955, tras el golpe que derrocó a Juan Domingo Perón. En
1956, según sus dichos, participó en los intentos de la restauración peronista
que encabezó el general Juan José Valle, quien fue fusilado por eso. Franco
huyó al Uruguay, desde donde pasó al Brasil. Regresó en 1959. Veinte años
después, al caer de un caballo, se lesionó las piernas, pero, aunque con
dificultad, caminaba. Al año siguiente -1980- sufrió otra desgracia personal:
el estallido de un bidón de combustible le ocasionó quemaduras graves en las
manos. El militar, que le dio su arma a Fernández Laborda para que asesinara a
Naum, fue condenado a perpetua y también murió en la cárcel, a los 84, en 19 9 7. A pesar de su edad, seis
veces le habían negado la excarcelación, que sí se le concedió a Arquímedes
Puccio en enero de este año, por tener más de setenta. El grupo lo completaba
el albañil Vilca, que hoy tiene 6 1. Nunca se casó, y comenzó a trabajar para
los Puccio en su oficio desde
1978. Las tareas que se le encomendaban eran extravagantes: ref accionar un
sótano para con~ vertirlo en celda, cavar tumbas o revocar una pared mientras
Bollini de Prado permanecía a su lado, encadenada en una cama.
Fue condenado a 10 años y ya está libre. El teniente coronel Franco precisó que
conoció a Arquímedes Puccio en Tacuara. Fernández Laborda reveló que Arquímedes
era el cerebro y se cuidaba de no ser jamás él quien consumaba los asesinatos,
sino que presionaba a otros miembros de la banda para que lo hicieran. Elegía a
sus víctimas y las halagaba proponiéndo les buenos negocios. Declaró además que
Puccio estuvo vinculado a la SIDE,
a una célula de ultraderecha que integraban dos oficiales de la Fuerza Aérea, a
quienes no identificó, y también al ya muerto coronel Jorge Osinde, f actótum
intelectual de la masacre de Ezeiza, en la que Arquímedes habría intervenido
personalmente. También lo relacionó con el capitán retirado del Ejército Julio
Fossa, involucrado en el primer secuestro de Osvaldo Sivak. Toda la familia era
asistida en ese momento por un penalista de lujo para el hampa, Pedro Bianchi,
que alguna vez fue también defensor de los hermanos Schoklender. Fernández
Laborda cambió su declaración, con lo cual incriminó más directamente aun en
los homicidios a Arquímedes y Alex. Hubo hasta un juez que se cree intentó
proteger a los Puccio. Su excusa fue que lo amenazaron de muerte. Fue apartado
de la causa. Para mucha gente que directa o indirectamente respaldó tanta
pestilencia, el affaire Puccio debiera ser, por lo menos, un boomerang
aleccionador. Cuando se deja sembrar muerte, los cadáveres que se cosechan no
siempre son ajenos.