“El
Principito”, la obra que escribiera Antoine de Saint-Exupéry se ha convertido
con el transcurrir de los años en un “best seller” de proporciones jamás
logradas en todos los tiempos. La cifra de 140 millones de copias impresas
desde su publicación en 1943, no deja de sorprender y nos lleva a confirmar que
lo bueno perdura, se trate de literatura o las demás actividades humanas. En
apariencia se trata de un libro para
niños, que trata temas inherentes a la infancia, esa etapa de la vida donde nos nutrimos de las virtudes primarias
donde el amor, la amistad, la camaradería, la franqueza, la lealtad, tienen toda
la capacidad para hacernos disfrutar, vivir con ilusión e inocencia y aprender
de la naturaleza de la vida. Fundamentalmente es una crítica al hombre y a la civilización, que se orienta a la pérdida de los valores más
esenciales del ser humano, al subvalorar la natural y espontanea sabiduría de
los niños. Esta cualidad subyace en su conciencia con la finalidad de
convertirse en valiosa guía en la futura vida adulta, pero que irremediablemente
perdemos al crecer. Los adultos tomamos como positiva una actitud seria, no
sabemos disfrutar, porque olvidamos qué es lo verdaderamente importante: “Solo
se ve bien con el corazón, lo esencial es invisible a los ojos”. Y es precisamente “el zorro”, personaje de “El Principito” quien dice esta frase, ya
que el aclara, que los hombres del mundo han olvidado esta verdad, y remarca
que uno no debe olvidarla.
Bien amigo lector, nada nuevo estamos
agregando a lo que ya otros han escrito sobre esta obra. Su autor, el aviador
que además de volar, en su corta vida, tuvo tiempo de escribir un libro de incuestionable
trascendencia humanística, como lo es “El Principito”.
Muchos
años atrás tuvimos oportunidad de visitar Concordia, ciudad de la Provincia de
Entre Ríos, Argentina y haber escrito a posteriori sobre esa experiencia que publicamos
en nuestra página web:
(lacolumnadepapel.blogspot.com) y titulamos: Castillo de San Carlos, Concordia,
Entre Ríos, Argentina
“Antoine de Saint Exupery aterriza en un
prado próximo al Castillo.
De ellos surge otra
historia que será la más recordada, la que más nos interesa y que recubre de un
especial romanticismo por el personaje que comparte e interviene en ella.
Diversas cuestiones dan cuenta de que Antoine de Saint-Exupéry habría encontrado en Concordia su fuente de inspiración para escribir el best seller mundial titulado El Principito.
El escritor francés pasó una estadía en el Castillo San Carlos, ubicado en el parque homónimo, a orillas del río Uruguay, y replicó en las páginas de su obra más famosa muchas de las experiencias que vivió en Concordia. El Diario (Concordia) 29.09. 2013
Fueron los Fuchs Balon (propietarios en aquella época del castillo) quienes coincidieron casualmente con el
escritor francés Antoine de
Saint-Exupéry. Dice la historia que un día las hijas del matrimonio,
quienes eran dos y cabalgando por los prados de la propiedad, contemplaron
sorprendidas aterrizar una avioneta. El piloto que conducía la nave, era nada
menos que Antoine de Saint-Exupéry, que en aquellos
momentos se ocupaba de organizar una compañía de correo aéreo en la Argentina. Quizás lo sucedido fue producido por
una “panne” (percance aéreo) similar al que nos contara años más tarde en “El
Principito”, su libro más célebre y recordado o porque le impresionó la belleza
del lugar y decidió tocar tierra. Lo cierto es que a raíz de aquella
experiencia y en honor y reconocimiento a las jóvenes que le recibieron en ese
campo de aterrizaje improvisado, publica una nota alusiva en Paris, que titula
“Las princesitas argentinas” y a posteriori también hace referencia de este
hecho en su libro “Tierra de Hombres”, en el cual anota: «Había aterrizado en
un campo y no sabía que iba a vivir un cuento de hadas, fue en un campo cerca
de Concordia en la Argentina».
Saint Exupery regresaría en otras oportunidades al lugar.
Epílogo
Visitamos el lugar en
1968, hasta buena parte de las ruinas (En 1938, un misterioso incendio provocó la pérdida de todo lo que tenía valor en la casa, quedando en ruinas hasta la actualidad, ruinas que, nuevamente, recuperaron su valor.) se habían llevado de aquello tan
magnífico y digno de conservarse con el mayor orgullo y estima. En Europa
aún se atesoran y preservan con el mayor celo y trascendental empeño
edificaciones y objetos del pasado Aún pudimos ver una placa que fuera
colocada recientemente (en aquellos años) que hacía mención de la visita de
Saint Exupery.”
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( En el hotel Ostende, localidad de igual nombre sobre la costa atlántica argentina, cercana a Pinamar)
El Hotel Ostende tiene muchas anécdotas
para contar. LA NACIÓN BS.AS. 15.12.2000
Parece que
Antoine de Saint- Exupéry, autor de El Principito , pasó las temporadas de
verano allí: dicen que la habitación 51 de la parte antigua es la que eligió
para dormir.
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La cama donde dormía |
¿Por qué no
pudo haber inspirado las dunas de El Principito en la dunas de Ostende?, se preguntan
optimistas los que aman estos médanos y los llevan en el corazón.
Hasta una
versión indica que fue en un papel con membrete del hotel donde el autor
escribió sus primeros textos. Por todo esto y mucho más, este año el Concejo
Deliberante de Pinamar declaró ciudadano ilustre post mórten a Antoine de
Saint-Exupéry en el centenario de su nacimiento.
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Los caminos de Saint
Exupéry a su paso por Argentina
http://www.nationalgeographic.com.es/
8 de septiembre de
2012
Un
itinerario temático revela algunas de sus más extremas aventuras, los lugares
que recorrió desde el aire y su antiguo avión totalmente restaurado
"Me
encontraba en Argentina como en mi propio país, me sentía un poco vuestro
hermano y pensaba vivir largo tiempo en medio de vuestra juventud tan
generosa", escribió Saint Exupéry en una carta, después de abandonar el
país. Autor de novelas tan célebres como El principito (1943) o Vuelo nocturno
(1931), Antoine de Saint Exupéry -llamado Saintex por sus amigos- nació en Lyon
(Francia) en 1900, realizó su primer vuelo a los 11 años de edad y el 31 de julio de 1944
desapareció misteriosamente en un vuelo sobre el mar Mediterráneo, cerca de la
costa de Marsella.
El
escritor francés viajó por primera vez a Argentina a finales de los años 20,
donde fue fundador y primer piloto de la Aeroposta Argentina, la primera
compañía de aviación del país, que hace poco menos de un siglo se dedicaba
fundamentalmente al transporte de correspondencia y en menor medida al de pasajeros.
Saint Exupéry descubrió inhóspitos lugares del territorio que cautivaron su
atención. La Cordillera de los Andes, los bosques, la estepa, los valles y las
costas patagónicas fueron su gran pasión. En Buenos Aires escribió una de sus
novelas, conoció a su gran amor y terminó con el aislamiento que padecían
numerosos pueblos sureños. Llegó hasta el Fin del Mundo en la provincia de
Tierra de Fuego y unió las localidades de Bahía Blanca, Viedma, Trelew, Puerto
San Julián, Comodoro Rivadavia, Puerto Deseado y Río Gallegos. Fueron más de 15
meses de aventuras y viajes a lo largo del territorio argentino.
Desde
el pasado 14 de
agosto de 2012, un itinerario temático revela algunas de sus más
extremas aventuras, los lugares que recorrió desde el aire y su antiguo avión,
totalmente restaurado, se exhibe en los hangares que la Fuerza Nacional posee
en la ciudad de Quilmes, en la provincia de Buenos Aires.
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Saint Exupéry en la Patagonia
PATAGONIA-ARGENTINA.COM
24 de Marzo de 2016
Hace
mas de 100 años, el 29
de junio de 1900 nacía en Lyon, Francia, Antoine de Saint Exupéry.
El célebre autor de El Principito, estaba destinado a crear lazos de afecto,
inspiración y amor con la Argentina, y en particular con nuestra Patagonia.
Saint
Exupéry es uno de los escritores y viajeros famosos que han recorrido y
reflejado en su obra esta porción del continente americano. Queremos recordar
una pequeña porción de su vida, la que lo liga a esta región, tan lejana de su
Francia natal, pero tan cercana en sus afectos, sus cartas y sus libros.
Saint
Exupéry llegó a la Argentina el 12 de octubre de 1929, junto con Jean Mermoz y
Guillaumet, sus compañeros en la aviación. Fue el fundador y primer piloto de
la Aeroposta
Argentina,
la primera compañía de aviación del país. Esta línea estaba dedicada
fundamentalmente al transporte de correspondencia, el negocio de la época,
aunque también llevaba, esporádicamente, pasajeros. El primer vuelo se realizó
el 20 de octubre
de 1929, entre Buenos Aires y Comodoro Rivadavia. Las escalas
fueron en San Antonio Oeste, cuyo Aeródromo lleva hoy el nombre de Saint
Exupéry, y Trelew, donde se cuenta que nuestro piloto recogió una foca.
Saint
ExupéryLa impresión que le causaron los paisajes patagónicos aparece plasmada
en su correspondencia. Leemos lo que escribe en una carta a su madre,
intentando describir estos lugares desde el cielo:
Saint
Exupéry a bordo“¡Qué bello país y cómo es de extraordinaria la Cordillera de
los Andes! Me encontré a 6500
metros de altitud, en el nacimiento de una tormenta de
nieve. Todos los picos lanzaban nieve como volcanes y me parecía que toda la
montaña comenzaba a hervir…”
Sus
funciones no se limitaban a los vuelos comerciales sino que también efectuó
vuelos de reconocimiento, rondas de inspección y raids hasta Tierra del Fuego.
Muchos de estos vuelos cotidianos, de 18 horas de duración, se realizaban de
noche, lo que lo inspiró para comenzar a escribir, entre dos misiones, “un
libro sobre el vuelo de noche”, el que será finalmente Vuelo Nocturno,
publicado a su regreso en Francia, en 1931.
Saint
Exupéry y su compañero
En junio de 1930 se perdió en la cordillera su compañero
Guillaumet, durante una tormenta. Por días y días, Saint Exupéry sobrevoló los
Andes buscándolo o buscando alguna señal de él. Nadie quería acompañarlo en una
excursión por tierra, ya que la sabiduría de los baqueanos dice que los Andes,
en invierno, no devuelven a los hombres. Escribe, entonces, en una carta
imaginaria a su amigo, que luego formará parte de su libro Tierra de Hombres:
“…Y
cuando de nuevo me deslizaba entre los muros de los pilares gigantes de los
Andes, me parecía que ya no te buscaba, sino que velaba tu cuerpo en silencio,
dentro de una catedral de nieve…”
Increíblemente,
después de cinco días de errar, el piloto fue encontrado sano y salvo. La
historia de su travesía heroica en la cordillera, escuchada tantas veces por
Saint Exupéry, está contada con lujo de detalles y poesía, en el mismo libro
que mencionamos, Tierra de Hombres.
Isla
de los Pájaros
En enero de 1931, después de quince meses de estadía en nuestro
país, volvió a Francia. Su propósito, en principio era simplemente tomarse unas
vacaciones, las que serían aprovechadas para casarse con una joven, Consuelo
Suncin, que le había sido presentada en Buenos Aires. Estando en Europa, la
compañía Aeropostal Argentina se declaró en quiebra y Saint Exupéry ya no volvería
a la Argentina.
En
1943 escribiría su obra corta más conocida: El Principito, donde una de sus
ilustraciones sobre una boa que traga un elefante tendría un parecido bastante
particular con la silueta de la Isla de los Pájaros…
Su
novela Vol de Nuit (Vuelo nocturno), que habla sobre los inicios del Servicio
Postal Aéreo Sudamericano, fue llevada la pantalla grande por la compañía Metro
Goldwym Meyer.
Su
avión
Un
avión modelo Laté 25El Laté 25, el avión utilizado por Antonio de Saint Exupéry
en la Aeropostal Argentina, llegó a nuestro país en 1929, piloteado por el
propio Saint Exupéry, a pedido de Jean Mermoz. Después de casi cuarenta años de
abandono, ha sido restaurado, a principios de este año, respetando, en la
medida de lo posible, los materiales originales de su construcción. Fue
presentado en el mes de abril en los hangares de la Fuerza Aérea de la ciudad
de Quilmes, Provincia de Buenos Aires, y allí se encuentra expuesto al público
en general.
Este
avión es un monoplano que podía transportar una tonelada de mercadería y
recorrer una media de 5.000
km. sin dificultades. Puede servirnos como ejemplo del
adelanto técnico que representaba para la época el saber que unía Buenos Aires
con Comodoro Rivadavia a una velocidad promedio de 174 km/h.
El
avión de Saint Exupéry antes de ser restaurado.
Entre las travesías más
importantes que lo tuvieron como protagonista figura la inauguración de la ruta
Bahía Blanca-Río Gallegos, dos ciudades que hasta entonces sólo podían unirse
por mar.
Para
terminar, sólo podemos añadir una frase de Jean Canesi, un autor francés que
está de acuerdo con los comentaristas que dicen que fue en la Patagonia donde
Saint Exupéry concibió el personaje de El Principito:
“En
realidad no sería nada sorprendente, pues en esta región primitiva es muy fácil
dormirse a mil leguas de cualquier lugar habitado, en el polvo, entre las
manadas de ovejas y despertarse una mañana con una vocecita que nos dice “Por
favor, ¡dibújame una Patagonia!”
Para
Patagonia-Argentina.com, Marita Alasio.