enos Aires, capital de la República Argentina, en la cual podemos hallar en pleno centro, dos símbolos que reflejan de manera especial, la personalidad de esta gran urbe latinoamericana. El primero, es el célebre Obelisco, que luce gallardo e imponente en la Plaza de la República. Precisamente en la intersección de la afamada avenida Corrientes con la avenida 9 de Julio. El otro símbolo corresponde al Teatro Gran Rex, -a sólo doscientos metros del Obelisco- sito también en la avenida Corrientes entre las calles Suipacha y Esmeralda. Ambos tienen mucho en común, a pesar de las diferencias de propósito. Y es que fueron construidos por el mismo arquitecto, Alberto Presbich, uno de los líderes de lo que se dio en llamar El Modernismo Argentino. Sobre el Obelisco diremos que es, el principal e irremplazable icono de la ciudad, considerado Monumento Histórico Nacional, es de formas simples, austero, sin aditamentos ni adornos. Una rígida columna de cuatro caras, de casi 7 metros por cada lado y con una altura de 67 metros. Fue
inaugurado el 23 de mayo de 1936. Su estilo y aspecto generó algunas polémicas entre los partidarios de la modernización de la ciudad y los sectores de tendencia conservadora y tradicionalista. A pesar de todo fue con el correr de los años plenamente aceptado y actualmente sería imposible imaginar la ciudad sin su presencia. El otro icono…, el Teatro Gran Rex, lo hemos considerado así por la trascendencia que esta sala atesora, -al igual que los clásicos coliseos de la antigüedad- en la representación artística y cultural. Desde 1937, año de su apertura, compartió las presentaciones en vivo con los estrenos de las mejores películas de la época de oro del séptimo arte. Hoy y desde hace ya tiempo es el teatro de los grJuan Yáñez, Columna de Papel
Publicado en el Diario La Antena de San Juan de los Morros, el 08.03.09
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